“Migrantes al margen de la Ley”

DETRÁS DEL HORIZONTE/ Darío Yrizarry

SANTO DOMINGO . — La Republica Dominicana es uno de los pocos países libre y soberano, o tal vez el único, donde las grandes naciones incitan a la violación, irrespeto a sus leyes migratorias y subrogación del derecho a decidir el status de un extranjero es R.D. Nos quieren imponer una conciencia imposible con cerca de doce millones de “seres vivos” cuya idiosincrasia y acervo cultural es la auto destrucción de su habitad y el culto a una religión tribal e incompatible con el conocimiento cientifico,  llamada vudú.

A su vez, en una real transculturación, ellos mismos arrastran  consigo sus usos y costumbres centenarias cargadas de vicios socioculturales decadentes e involutivos, desaparecidos hace décadas en Republica Dominicano, una imposicion abusiva como si quisiera vernos ahogados en el pantano de  su    ostracismo social.   

En ese contexto, reconocemos que mientras haya guerras habrá hambre y por vía de hecho, como un hito (histórico), habrá desplazamiento humano a los lugares donde existan las condiciones de subsistencia en base a un trabajo digno.  La diferencia está en quienes incentivan ese desplazamiento hacia la parte este de la Isla, son los mismos que les cierran las puertas de entrada a sus imperios.

Sobre las ventas de combustibles.

La inexistencia por aplicación de las leyes que regulan todo extranjero en condición de ilegal en nuestro territorio y en ausencia de régimen de consecuencias de las autoridades que estan llamadas a aplicarlas, les da libertad y empoderamiento para delinquir, sustraer y  practicar la informalidad en cualquier tipo de negocio.

El Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes nos facilita un compendio de normativas y resoluciones que complementan y fortalecen la transparencia del manejo y ventas de combustibles, aquellas mismas normas que se derivan de la ley 112-00 de Hidrocarburos, justamente para impedir que cualquier ciudadano pueda acceder al negocio sin que posea los permisos reglamentarios.

Una de las que pertenecen las normativas, la Resolución No. 123-94, provee una serie de requisitos puntuales que  trazan las pautas a seguir por las “empresas” que intervienen en la comercialización de la gasolina y otros derivados del petróleo, requisitos «sine qua non» de la ley que deben ser cumplidos a cabalidad por las partes intervinientes en el negocio. Sin embargo y a pesar de las regilaciones al mismo, hoy podemos ve en casi todas las esquinas de nuestros barrios a  inmigrantes haitianos agrupados como una especie de “guetos”,  vendiendo libremente y sin impedimento combustible tipo Gasolina, sin importar el manejo especial que debe tener por su  peligroso volatil, cuyo negocio los hacen a la vista de todos e invisibles para las autoridad competente.

Otro producto y artículo de consumo masivo de los haitianos “por tradición” son el Carbón vegetal y los anafes, los que vemos permanentemente en kioscos y colmados de nuestros  barrios,  afectando nuestro ecosistema debido a la depredación y quema de nuestros bosques.

Para comprobar lo que hoy denunciamos solo hay que circular por las esquinas, parques, paradas de moto conchos, y evidenciaremos venduteros ambulantes, prostitución y lo más prohibido por su peligrosidad: ventas de combustibles en horas del día y la noche y al margen de la ley.

Carga social.

Es de público conocimiento que las Ongs apoyadas por magnates como George Soros y en colaboración de unos facilitadores “lambiscones” dominicanos, asumen una férrea defensa a favor de nuestros vecinos en una burda  violación a nuestra ley migratoria, sin importarles que el atípico comportamiento de estos colisionan de frente con las normas de convivencias del pacifismo cristiano  de los dominicanos.

La carga social y el pasivo ambiental que representan los haitianos para república dominicana se hacen cada día más insostenible, debido a que su entrada y permanencia en el país se hace desordenada y carente de registro civil, obligando al Estado dominicano asumir sus necesidades en servicios de salud y educación.

Gota a gota pero de manera permanente sus malos hábitos, costumbres e insalubridades se entremezclan con los nuestros, lo que están siendo asumidos peligrosamente como normales, incidiendo en el dominicano a la transculturación de una etnocultura con cien años de atraso, la que bajo ningún concepto este pueblo de Dios debe aceptar.

De modo que este  asientamiento carente de permiso legal, ocupando cualquier solar yermo carentes de rigor urbanístico, suben una “rancheta”, hacen sus necesidades en cualquier rincón como una condicion normal….y nadie dice nada. De modo que ellos entran aquí con status ilegal, tenemos que recibirlos, aceptarles y aplaudirles las réplicas de la conducta  de su País, un conglomerado disocial.

¿Acaso las autoridades están tan ocupadas en «juego de poder» para las venideras elecciones que su vista no alcanza a ver el desorden urbanísticos de los barrios de Bávaro,  Veron, Friusa, mata mosquito?

¿Acaso no ven las fundas de carbón vegetal que en nuestras narices venden los colmaderos en los barrios?

¿Qué esperamos para poner fin a la criminal depredación?

¿Vamos a dejar que esta parte de la Isla se deforeste y colapse  por culpa de unos vecinos que terminaron con la suya?

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