Dictadura de la Democracia

DETRÁS DEL HORIZONTE / Por: Dr. Darío Yrizarry

DETRÁS DEL HORIZONTE/ por: Dr. Darío Yrizarry | A propósito de la celebración del día  internacional de la Democracia el pasado miércoles 15 de los corrientes, nos alienta a analizar el proceso de democratización de los regímenes dictatoriales actuales, en contraposición con los evidentes indicios de dictadura de la democracia.

En la década de los 70s un político y filósofo norteamericano de nombre Gene Sharp escribe un libro titulado “de la dictadura a la democracia”, el que a través del tiempo se convirtió (sic) en un manual para la práctica de la acción no violenta en contra de las dictaduras  y a favor de su eliminación. En él vemos la confirmación de una lección bien aprendida, idealizando  los auténtico y más grandes representantes de esta ideología de búsqueda no violenta de igualdad por los derechos: Gandhi, Mandela y Martin Luther King.

De este libro se han hecho traducciones a 39 idiomas en cuatro ediciones, lo que nos ha llevado al menos a manosear sus hojas con el objetivo de impregnarnos del “olor  de los conceptos”  que en ellas se perciben.

En el mundo de hoy en pleno siglo XXI, el mismo de la era espacial, la del conocimiento, del desarrollo tecnológico a niveles impensables seis lustros atrás,  la era donde hablamos de física cuántica, donde podemos hablar del desdoblamiento del espacio tiempo, dos modelos de gobiernos se disputan el control del comercio mundial y en especial el latinoamericano. China por un lado, con su política de expansión y apertura comercial ha podido equipararse a economías como las de Estados Unidos, hogar  y reino de la auténtica democracia.

Ambos sistemas, indudables  referentes económicos global, como representantes de sus disímiles estructuras de gobiernos han entendido la necesidad de compartir conocimientos, lo que ha permitido al hombre moderno en democracia  y autoritarismo tener un acercamiento cuasi obligado para descubrir los confines del universo y los misterios que en este permanecen ocultos, esfuerzos conjuntos en beneficio de la humanidad futura.

Como se estila, la Democracia (sin hacer diferencias entre la representativa, occidental o clásica) así como la Dictadura de partidos, como regímenes políticos han ejercido supremacía de poder en el mundo,  sin denostar viejos sistemas como el monárquico, con presencia significativa neo generacional. 

Los sociólogos y politólogos de la generación milénica tienen arriba de sus hombros una ardua tarea y gran responsabilidad para con  la sociedad actual y el nuevo orden mundial, dado el caso de mutaciones sociales simbióticas que se están dando de forma natural por la necesidad de colaboración mutua.

Estos cambios nos revelan, a la vista,  modelos de dictaduras que superan épocas de claustro, sirviendo de narrativa histórica a una nueva manera de interpretación de la convivencia, sustentado en cooperación mutua del intercambio  de bienes y servicios. La producción y  uso de herramientas tecnológicas al alcance de la humanidad es un fiel ejemplo.

Este comportamiento social pone en modo acercamiento a ambos sistemas, siendo testigos de ver la democracia frente al nuevo modelo de dictadura parcialmente democratizada que presentan los países de Asia oriental  a través de su apertura comercial. Los casos de China, Japón y Corea del Norte, arquetipos de lo que queremos llevar al debate, dado su espectacular crecimiento económico producto del desarrollo tecnológico y social, capaces de competir (y casi superar) con modelos de sistemas experimentados en democracia como Estados Unidos.

Razones de lógica política nos lleva a citar a Jaques Derrida en la adecuación del  “espectro de Mark”, tomando a idea de pensamiento como referencia de lo que el colonialismo económico de occidente podría ser en diez años,  el modelo dominante.  La presencia de occidente  en las democracias satélites como la nuestra, vía influencia y dependencia directa de las instituciones financieras que desde ahí nos llegan, nos hace dependientes. 

La dictadura que en el pasado implantaron gobiernos rígidos y de terror, son los mismos que hoy han servido para la evolución de su sistema democratizado, tomando en consideración que en ellas se muestra la apertura a una sociedad sana y disciplinada, llena de energía, en disfrute de todo lo que una democracia permite, desarrollada en deporte, música, tecnología de punta, ingeniería aeroespacial, alimentación segura al más alto nivel nutricional y educación de primera.

El mundo a través de los bancos financieros ha logrado acumular suficiente dinero para sostener una crisis mundial como la que atravesamos por efecto del Covid, pero no ha sido posible revertir el hambre ni la desigualdad. El efecto de la pandemia nos ha revelado que las grandes potencias poseen fondos suficientes para obligarnos a inocularnos, pero carecen de los mismos para mitigar el hambre que afecta áfrica por ejemplo, y nos deja como enseñanza que a su interpretación la  equidad no es sinónimo de inclusión racial.

En nuestro país, la dictadura de la democracia nos impone a través del Congreso unos contratos onerosos con el sector privado transnacional, verbigracia los de las Edes y Eges a través de sus concesiones de generación (obsoleta)  y distribución de energía, el sucio negocio de recaudación, las ARS y AFP, la explotación minera de nuestro suelo entre otros.

Todos estos contratos fueron realizados inconsultamente por gobiernos de turnos,  ajeno a la aprobación del pueblo soberano a través de la más eficaz herramienta constitucional: el referéndum, negado como un modo explícito existencial de la dictadura de la democracia.

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