Por Danilo Díazgranados
Ingeniero Financiero | Especialista en Finanzas Internacionales
Sobre el Autor
Se dispara el desempleo y el endeudamiento continúa su vertiginoso ascenso. Latinoamérica, el actual epicentro de la pandemia, ve frustradas sus esperanzas de salir airosa de esta difícil situación, que ha impactado con mayor fuerza las débiles economías de la región.
En esta oportunidad, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, fue enfático al afirmar que América Latina saldrá “más pobre de la pandemia”, y se espera que la contracción total del PIB continente se ubique entre 8% y 10%, como consecuencia del coronavirus y el periodo de cuarentena asociado a la enfermedad.
Moreno afirmó que, no obstante los esfuerzos que se están llevando a cabo para “aplanar” la curva de contagio del COVID-19, lo cierto del caso es que las curvas de desempleo y pobreza, además de las de endeudamiento tanto personales, como de empresas y gobiernos, “siguen disparándose”.
Latinoamérica es una región emergente y de lo que no queda duda alguna es que, aunque el mundo está más debilitado económicamente después de la pandemia, esta región será la que sufra las peores consecuencias, las cuales se arrastrarán por varios años.
El BID aprobará este año recursos por el orden de los 20 mil millones de dólares, de los cuales 75% (unos 15 mil millones), se destinarán a préstamos a gobiernos para que estos fortalezcan los sistemas sanitarios de sus respectivos países.
La pandemia ataca sin compasión. Enferma hasta las economías más fuertes del planeta. Entonces, ¿por qué iba a apiadarse de una de las regiones con mayor deterioro económico y social del mundo? Lo que a ciencia cierta se sabe es que desde varios organismos y entes bilaterales se está haciendo todo lo posible por minimizar el fuerte impacto financiero y social que tiene sobre toda la zona a través de diversos mecanismos de adjudicación de recursos.
Lo cierto del caso es que, en lo que respecta a proyecciones acerca del comportamiento de la economía en Latinoamérica, nada nuevo hay bajo el sol.