La familia tiene un papel importante en la socialización de sus miembros a través de la transmisión de valores, normas y comportamientos. Debe abarcar el bienestar personal y la capacidad para convivir con el otro de manera respetuosa y en armonía.
Preparar para la vida es una tarea ardua, no solo consiste en proveerles de herramientas para asegurarle un bienestar económico, sino el aprendizaje de las reglas que rigen el funcionamiento de los grupos. La familia es dinámica, está llamada a reajustar las normas en el tiempo, ya que cambian los miembros y las situaciones que le rodean.
La familia socializa combinando el dirigir la conducta hacia donde creemos que es lo más sano para nuestros hijos, y apoyándolos, haciéndole sentir que son amados, respetados y aceptados.
Dependiendo hacia dónde nos inclinemos va a definir el modelo de crianza que adoptemos. Cuando nos inclinamos al autoritarismo, recurrimos mucho al control y poco al apoyo. En este estilo se utilizan las imposiciones, los castigos y los padres o tutores no se interesan por tomar en cuenta la opinión de los hijos.
En un estilo permisivo de crianza los limites no están claros, hay mucha ambigüedad, existe indiferencia ante actitudes de riesgo, pasividad. En este escenario los hijos perciben incoherencia, inseguridad.
Existe un modelo intermedio en donde los padres definen con claridad los modelos sociales que son aceptables y cuáles no para el sistema familiar. En este estilo se toma en cuenta el apoyo emocional de los miembros de la familia, primando el afecto y reglas claras.
La familia en su labor de socialización debe de tener presente:
- Las normas deben de ser coherentes y explícitas.
- Dar lugar en la familia a que los niños expresen su opinión sobre las normas.
- Las normas se basan en un razonamiento lógico y se consensuan.
- Los miembros de la familia entienden el por qué hay que obedecer las normas, aunque no se esté de acuerdo con las mismas.
- Las normas, aunque suene paradójico ayuda al niño a ser más autónomo ya que le ayudan a autorregular su conducta.
Es necesario destacar que además de que la familia ayuda en la formación de la identidad personal, está llamada en su labor de enseñar a convivir en un mundo, donde estarán llamados a realizar cambios tomando en cuenta el bien común.
