Por DAVID SOMOZA MOSQUERA | Ser ejemplo para otros no es cosa sencilla ni fácil, pero un liderazgo inspirador siempre va a ser una buena opción cuando se busca incrementar la productividad y, por ende, la rentabilidad de una empresa. Puede marcar la diferencia entre una compañía exitosa, en todos sus ámbitos y competencias, contra otra que no lo sea o, por lo menos, no alcance los límites óptimos de sus capacidades.
El líder no debe ser, necesariamente, ni el dueño ni el presidente de una compañía. Es suficiente que sea la persona a quienes los empleados vean como un modelo a seguir, con quien puedan conectarse con respeto, les inspire confianza, compromiso y cree con ellos un buen canal de comunicación.
Cuando se alcanzan esos lazos, las metas son más fáciles y seguras de lograr, por cuanto todo el mundo estará en la misma sintonía para alcanzar las metas y objetivos planteados, superar los obstáculos en conjunto y hacer que el trabajo en equipo sea una mejor experiencia.
Si bien no es fácil, ser un líder inspirador tampoco es imposible. Como en casi todos los ámbitos de la vida, primero hay que inspirarse a sí mismo antes de intentarlo con los demás. La motivación es uno de los elementos principales cuando se está en este proceso.
El líder debe tener claro hacia dónde va y cuáles son las mejores maneras de lograr esos objetivos. Una vez que eso está bien definido tiene que trazar su propia estrategia para conseguirlos antes de inspirar a otros. La mejor manera para hacerlo es con su propio ejemplo.
De nada sirve comenzar un trabajo con el que no se esté a gusto para lograr que otros hagan lo que, por cuestiones personales, no se puede hacer. De eso se trata tener un liderazgo inspirador: servir de modelo para obtener los mejores resultados.
Si bien hay que fijar metas ambiciosas, estas no pueden ser inalcanzables. El trabajo en equipo tiene que buscar siempre la excelencia, pero también la realidad. Hacer que todos estén en la misma sintonía hará que el trabajo sea un éxito seguro.
Se debe motivar a los miembros del equipo a que propongan y trabajen sus propias ideas. Por eso es importante construir caminos de comunicación fluidos, en los cuales los empleados sientan que sus aportes e ideas son tomados en cuenta. En la medida de lo posible, hay que dejar que ellos mismos las comiencen y finalicen con la guía del líder.
La transparencia es otra característica de un buen liderazgo inspirador. Siempre se debe hablar con sinceridad; sobre todo, cuando se trata de una empresa, ya que como se dijo anteriormente el éxito de uno es el de todos.
Así que el liderazgo inspirador puede marcar la diferencia…
