In memoriam al Presidente Balaguer.

DETRÁS DEL HORIZONTE / Por: Dr. Darío Yrizarry

DETRÁS DEL HORIZONTE / Dr. Darío Yrizarry | Al final de la década de los 80th, cuando el Dr. Balaguer entendió que la estructura sindical más anacrónica, brutal y la que más dolor de cabeza le provocaba a su gobierno en ese entonces, su existencia no era razonable y que por lo tanto debía desaparecer, lo planificó y lo hizo.

En esta circunstancia, frente a una “incómoda espinilla en el zapato” que representaba Sitracode para su gobierno, encomendó al ya fallecido Ramón Pérez Martínez (Macorís) para ejecutar a la manera del Presidente el plan de disolución  de la misma.

El Ingeniero a cargo era la persona idónea para esa  tarea, ya que este había adquirido fama de hombre rudo y de decisiones drásticas, evidenciado  en los desalojos de lugares emblemáticos como Villa Francisca, Villa Juana y otros por encima de las protestas de los ciudadanos, para dar paso al desarrollo y transformación de algunas áreas urbanas del entorno del Palacio Nacional.

En ese histórico y tenso momento, quien escribe ocupaba la posición de Analista de lectura de medidores en la Comercial número 90 de San Pedro de Macorís, siendo por conocimiento de causa testigo de las repentinas suspensiones laborales hechas por los dirigentes sindicales, huelgas prolongadas de hasta cuatro horas seguidas de duración, todas por inocuos motivos.

Una práctica  tan lesiva para el desarrollo del País, aquellas que su anacronismo se volvió normal y rutinario, se tornó en un momento insoportable y peor aún fuera de control gubernamental, momentos en que, Identificados los puntos del cuadrante, emerge la figura del Ing. Pérez Martínez (Macorís) como Administrador de la otrora Corporación Dominicana de Electricidad.

Bajo el amparo del Gobierno del Dr. Balaguer,  Macorís logró algunas transformaciones en la urbe capitalina, obras que  en su momento sus ejecuciones fueron satanizadas y que al paso del tiempo se comprobó su eficacia.

Barrios como Villa Consuelo fueron remozados, puentes peatonales, avenidas entre otras obras significativas se construyeron en su gestión en la capital dominicana, legado positivo de una vida personal muy convulsa.

Lo anterior relatado (legado histórico de Balaguer) lo hago para ubicarme en tiempo real en la era del conocimiento, la tecnología y el descubrimiento de los confines del universo, para dar al traste con la posición y pobre desempeño de instituciones como la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).

Este sindicato de Profesores (los peores preparados del hemisferio) siguen anclados en el pasado, anquilosados en su herramientas, con el uso aún de rancios métodos de lucha pertenecientes al lejano pasado, una ADP que luce sin renovación de su perfil filosófico existencial en la sociedad moderna. 

La lucidez de la ADP como sindicato quedó sepultada en el pasado y no se han dado cuenta;  muestra una imagen rancia a falta de actualización o reiniciación de sus métodos de lucha y enseñanzas.

La posición política asumida por estos en los actuales momentos de crisis de la enseñanza post pandemia es una brutal negación al derecho de los dominicanos a la Apertura del Año escolar, una posición meramente política que afecta directamente a las familias como a las ejecuciones del gobierno.

Paralelamente a la irracional posición de este gremio, observamos que los estadios, los Centros de diversiones, las Iglesias, las playas, los ríos,  los hoteles, los Centros comerciales, el transporte público incluyendo sistema de trenes, en fin, todo lo que mueve y está hecho para adultos, hoy están disponibles para aquellos mismos padres que, a uso y disfrute de su libertad pudieran llevar contagio al núcleo familiar, por lo que no se  justifica la decisión de no apertura al año escolar.

Por esto y muchas cosas más (parafraseando una famosa canción navideña) es que algún gobierno tendrá que emular la decisión del Dr. Balaguer  en la ejecución que hizo el desaparecido Macorís con Sitracode. El Presidente tiene que envalentonarse, hacer uso del ejercicio que le confiere la Constitución, estudiar a Balaguer,  activar los Guardias y desarticular ese sindicato  que por obsolescencia obstruye el sistema educativo Dominicano. Y haréis justicia. 

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