Agentes cubanos imparten órdenes a generales y coordinan actividades en centros de torturas clandestinos en Venezuela, señaló un informe que denuncia un aumento en el uso sistemático del tormento físico por el régimen de Nicolás Maduro.
El informe -que recibió el Secretario General de la OEA, Luis Almagro- también denuncia que paramilitares y agentes del régimen torturan a familiares de disidentes para obligarles a entregarse, usan la amenaza de tortura para extorsionar a sus víctimas y han participado en actos recurrentes de violencia sexual.
Entre las víctimas de torturas se encuentran menores de edad, dijeron los autores del informe.Las denuncias, presentadas por el Instituto Casla, señalan que esa ONG ha documentado cerca de 40 nuevos casos de tortura en lo que va de año, en medio de los esfuerzos de Maduro por permanecer en el poder. Parte del trabajo descansa en el testimonio del teniente de la Fuerza Aérea, Ronald Dugarte, un ex funcionario de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) que desertó en febrero después de pasar seis meses en uno de los más temidos centros de tortura en Caracas, la sede de la DGCIM, ubicada en el barrio capitalino de Boleíta Norte.
Dugarte, quien dijo haber sido entrenado por personal venezolano y cubano en labores de inteligencia, informó sobre el control y el poder que ejerce el personal del régimen castrista en las operaciones del DGCIM.
“Durante mis servicios, observé con mis propios ojos como la ‘Milicia de Inteligencia Cubana’ realiza misiones mixtas, entre militares venezolanos y cubanos”, explicó Dugarte por Skype durante una rueda de prensa.